
Los sábados por la noche
nos quedamos en el Ordal,
siempre rezo una oración
cuando me voy a acostar.
Anoche de madrugada
me despertó una tormenta
y llovía sin parar,
entonces yo me di cuenta
que estaba sola en mi cama,
y no me podía tapar
porque la manta pesaba.
Después me puse a rezar,
y ya me quedé dormida.
Soñé que el Yayo vivía
y se estaba desnudando
y en la cama se metía,
me parecía verdad,
yo le dije ¿a donde vas?
¿ no ves que hace mucho frío
y te vas a resfriar?
Entonces me dijo él:
-Yo quiero estar a tu lado-.
De pronto me desperté
y fue tanta mi emoción
que me pareció que oí
el sonido de su voz.
La Yaya
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