Lucías dieciocho primaveras
cándida y dulce tu alma era,
aquel vestido blanco me iluminó
parecía reflejo de tu corazón.
Me diste toda tu vida
desde aquel momento,
y en mi alma anidas,
es como yo te siento.
Juntos pasamos alegrías
también pasamos tristezas,
llegaron tiempos de monotonía
decir te quiero hasta da pereza.
Pero en la distancia
que dan los años al pasar,
aún te puedo recordar
como vestías aquel día
que nos fuimos a enamorar.
Eres parte de mi.
Jose Manuel
sábado, 28 de febrero de 2009
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Primo; es preciosa, a ella le habrá encantado. Loli
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