levantándome temprano
y no es que sea perezoso...
Pero creo llegado el día,
que cuando suene el reloj,
lo mire ... y me sonría,

y lo pare con la mano,
y le diga ... ¡otro día!
hoy prefiero hacer el vago
¡que ya me lo merecía!
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Escribí estas letrillas
burlando al despertador
y cual sería mi sorpresa,
que a la mañana siguiente
hice hora y media tarde
por no sonar el reloj.
Para mi no es una broma,
ni pura casualidad,
fue un ajuste de cuentas
porque se quiso vengar.
Autor: Manuel Beltrán
Publicado: Montse
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