Cuando te hiciste mayor
y tras una reflexión,
tu cuerpo y mente cambió
y se llenó de vigor.
Fuiste a la escuela de adulto
para sentirte mejor
y aprobaste con orgullo
tu primera graduación.
Entonces te diste cuenta
del valor que tiene un libro
y lo importante que es,
interpretarlo a tu juicio.
Con constancia y valentía
probaste otras culturas,
poesía y pintura,
dando a tu vida armonía.
Eres la tita de todos,
de los chicos y los grandes,
ya que en la vida afectiva,
tú no pudiste ser madre.
Y como a tal te queremos
y cuando alguien te mienta,
todos juntos contestamos
¡ésta es la tita nuestra!.
Anny
domingo, 8 de febrero de 2009
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