BIENVENIDOS A NUESTRO RINCON...
Somos una familia amante de la poesía. Esta afición nos viene de nuestro padre. A él siempre le gustó la poesía.
Fue un hombre sencillo, de campo, sin apenas estudios, pero que siempre le agradó leer a los clásicos poetas e hizo él mismo algunas poesías que a nosotros nos parecían muy bonitas cuando nos las leía. En ellas expresaba sus vivencias.
Después de su muerte, nos ocurrió algo extraordinario, nosotros, que jamás habíamos sido capaces de rimar dos palabras seguidas, empezamos a hacer nuestros pequeños poemas.
Al principio dirigidos a él, más tarde expresando nuestros pensamientos y vivencias.
Por eso, el otro día, en una reunión familiar, comentamos que sería bonito el hacer un blog para escribir nuestras poesías, y aquí estamos, intentado hacer lo que nos gusta y esperando disfrutar con ello.

jueves, 22 de diciembre de 2011

La Navidad

La navidad nos transforma
no importa que seas creyente,
se palpa luz y alegría
e intentas ser diferente.

Se comparten alimentos
y hasta se olvidan las penas
con unas copas de vino
y la barriguita llena.

De pasada recordamos
que en el mundo aún hay hambre,
pero enseguida olvidamos
para seguir adelante.

Creo que Jesús vino al mundo
y que también se olvidó,
si en verdad somos hermanos
¿donde está el padre Dios.?
que se olvida en estas fiestas
de darnos su bendición.

Feliz navidad.

M. Beltrán.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

En pos de una estrella

Una estrella fugaz,
allá, en el firmamento,
alumbra y nos invita
a caminar en silencio.

La noche oscura y fría
envuelve nuestros pasos,
sólo una luz nos guía
en pos de ella vamos.

Se adentra entre la nubes
y entre sombras y claros
ilumina a la noche,
calienta con sus rayos.

la escarcha helada nieve
resbala entre las rocas,
derretida parece
por su luz poderosa.

Aquella luz brillante
se detiene y se posa,
sobre un pobre pesebre
donde un bebé reposa

Palideció al instante
la luz tan poderosa,
viendo a aquel Infante
que tenía su luz propia.

En pos de aquella estrella
todavía caminamos,
viendo la luz en ella,
cada paso que damos.

Nos da fuerza y aliento
cuando necesitamos
que ilumine el sendero
por dode caminamos.

¡Feliz Navidad a todos!

Loli

sábado, 17 de diciembre de 2011

CUENTO DE NAVIDAD

En vísperas de Navidad impera una cálida agitación en todos los hogares del mundo.



El sentimiento festivo y la alegría de reunirse con la familia traen a mi memoria una historia que me encanta relatar cada año.Es una historia real, aunque parezca increíble. Y da testimonio de que los milagros pueden ocurrir.

Hace mucho tiempo, un grupo de jóvenes decidió compartir algo de la alegría de la Navidad. Se habían enterado de la existencia de varios niños que pasarían el día de fiesta en el hospital comunitario más cercano. De manera que uno de ellos se disfrazó de Papá Noel, luego compraron varios regalos, los envolvieron y, unidos de sus guitarras y sus dulces voces, se aparecieron por sorpresa en el hospital en la Nochebuena.

Los niños festejaron alborozados la visita de Papá Noel; cuando el grupo de amigos terminó de distribuir los regalos y de cantar sus villancicos, todos los ojos estaban anegados en lágrimas. De ahí en más, los jóvenes decidieron que representarían el papel de Papá Noel cada año.

En la Nochebuena siguiente, incluyeron en su visita a las mujeres internadas en el hospital, y al tercer año la invitación se extendió a algunos niños pobres del vecindario.

En la cuarta Nochebuena, sin embargo, después de realizar la ronda ya habitual, Papá Noel revisó su saco y descubrió que le habían sobrado algunos juguetes. De modo que los amigos se reunieron para deliberar y decidir qué harían con ellos. Alguien mencionó la existencia de un mísero caserío precariamente instalado en las inmediaciones, donde vivían algunas familias terriblemente pobres.

Por lo tanto, el grupo decidió dirigirse allí, pensando que el número de familias llegaría a tres como máximo. Pero cuando treparon la cuesta de la colina, y se encontraron en medio de la desolada extensión –ya era cerca de medianoche–, el consternado grupo pudo ver a gran cantidad de personas alineadas a ambos lados de la calle.

Se trataba de niños; más de treinta niños expectantes. Detrás de ellos no se veían chozas, sino filas y filas de destartaladas instalaciones precarias. Cuando detuvieron el coche en el que iban, los niños se acercaron corriendo, chillando de júbilo. Era evidente que habían estado toda la noche esperando pacientemente la llegada de Papá Noel. Alguien –nadie pudo recordar quién–, les había dicho que él llegaría, aunque nuestro Papá Noel había decidido hacerlo sólo algunos minutos antes.

Todo el mundo quedó desconcertado, excepto el propio Papá Noel. El estaba sencillamente dominado por el pánico. Sabía que no tenía juguetes suficientes para tantos niños. Finalmente, sin querer decepcionarlos, decidió entregar los pocos juguetes que tenía a los mas pequeños. Cuando se terminaran, explicaría lo ocurrido a los más grandes.

De manera que enseguida se encontró trepado sobre el capó de un vehículo, con treinta niños deslumbrantemente aseados y ataviados con sus mejores galas, alineados de menor a mayor, aguardando su turno. A medida que cada niño ansioso se aproximaba, Papá Noel revolvía dentro de su saco con el corazón cargado de temor, anhelando encontrar por lo menos un juguete más para entregar. Y, por algún milagro, encontró uno cada vez que metió la mano en el saco. Finalmente, cada niño recibió su juguete. Papá Noel miró en el interior de su saco, ahora desinflado. Estaba vacío, tan vacío como debería haber estado veinticuatro niños antes.

Lleno de alivio, soltó un jovial "¡Jo, jo!" y se despidió de los niños. Pero cuando estaba a punto de montar en el coche (aparentemente, los renos tenían el día libre), oyó que uno de los niños exclamaba:

–¡Papá Noel, Papá Noel, espera!

Detrás de los matorrales, aparecieron dos niños pequeños, un niño y una niña. Habían estado durmiendo.

El corazón de Papá Noel dio un vuelco. Esta vez estaba seguro de no tener más juguetes. El saco estaba vacío. Pero cuando los niños se acercaron sin aliento, él reunió coraje y volvió a meter la mano en el saco. Y, abracadabra, en él había más regalos.

El grupo de amigos, que actualmente ya son adultos, todavía comentan el milagro de esa mañana de Navidad. Siguen sin encontrarle explicación; sólo pueden decir que aquello realmente sucedió. ¿Que cómo sé de la historia? Bueno; yo era el Papá Noel.

Raynier Maharaj (Escritor Canadiense)

viernes, 16 de diciembre de 2011

NO TE RINDAS



No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino y el amor, es cierto.
porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos
desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
porque no estás solo, porque yo te quiero.

Mario Benedetti

martes, 13 de diciembre de 2011

Se acerca la Navidad



Se acerca la Navidad
y todos con mucho cariño
lo queremos celebrar,
nos volvemos un poco niños
y pensando en los demás
hasta olvidamos los males
que nos puedan aquejar.
Es bueno sentirse joven
pudiendo asi disfrutar
recibiendo nuevos dones.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Escribe siempre...

Nadie habita la morada
dejando pasar el tiempo,
las páginas yacen heladas
sin letras ni pensamientos.

Cojo la pluma y en el aire
voy escribiendo algunos versos,
para descifrar palabras,
o para acallar lamentos.

Versos que hablen de ti,
de un largo periodo eterno,
de existencias por vivir,
de encuentros y desencuentros.

De la espera, sin morir
por los sueños que se fueron,
para renovar y sentir,
si sientes ya no estás muerto.

Hoy quiero que escribas algo,
un deseo o un pensamiento,
que pongas el punto o la coma
con salero y con acierto.

Loli