Cuando alguien se nos va
no podemos comprenderlo,
todo se nos pone negro
y no vemos nada más.
Pero tenemos que pensar
que no estamos nunca solos,
que hay alguien a nuestro lado
que nos quiere ayudar.
Nos debemos también a ellos,
tenemos que seguir viviendo
y con ellos compartiendo
lo más duro y lo más bello.
Aceptar que es algo natural
que más tarde o más temprano
nos tenemos que marchar,
si vivimos como hermanos
nos volveremos a encontrar.
Josefina
lunes, 30 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tienes toda la razón
ResponderEliminarsiempre es bueno compartir
la alegría o el dolor,
si lo hacemos así
se alivia el corazón
y nos sentimos mejor.
GRASIAS YAYA MEA GUSTADO MUCHO TE QUIERO CRISTIAN
ResponderEliminar