El naufragio

El sol iluminaba a la bahía,
llegó el amanecer con su esplendor,
yo comencé a vivir con todo ardor
y a gozar la belleza de aquel día.

De una limpieza azul que embellecía,
el cielo parecía esperanzador,
con suave y dulcísimo candor
a mi barca las olas la mecía.

Mas, de pronto advertí que oscurecía,

el cielo se cubrió de un nubarrón,

ya el sol no brillaba, y caía
las aguas de un terrible chaparrón.
Comenzó a tronar en la lejanía
y las olas se estrellaban a babor.
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Yo me siento perdida y lo presiento,
en este mar de embravecidas olas,
con tanta espuma, china y caracolas,
yo me siento perdida y sin acierto.

No sé nadar, dejé la ropa al viento,
y el viento que volaba la alejaba
y me quedé sin ella y sin la nada,
en triste y lamentable decaimiento.

Grité con mis pulmones a la oleada,
yo quería salir de aquel tormento,
mas, de pronto lo vi esperanzada.

Un gran barco venía a mi encuentro
y pensando que ya no naufragaba,
me abandoné a las olas sin aliento.

(Hay momentos en la vida que te sientes naufragar,

pero siempre habrá una fuerza que te ayudará a flotar.)

Loli