Con la mirada perdida
he visto sufrir a una madre,
para ella "su partida"
ya no lo consuela nadie.
Todos allí a su lado
hablaban o discutían,
ella, estaba en otro mundo
su cara bien lo decía.
Sus otros hijos y nietos
allí se van cada día,
los pequeños son inquietos
y forman gran algarabía.
Ella, los mira en silencio
y mira a las otras dos nietas
que sin haberlo merecío
se han quedado tan solitas.
viernes, 17 de julio de 2009
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Quién pudiera consolarla
ResponderEliminary quitarle esa agonía
que jamás podrá borrar
de su vida cada día.
La vida a veces es muy dura,
aunque no nos damos cuenta
hasta que toca de cerca,
entonces es de locura.