BIENVENIDOS A NUESTRO RINCON...
Somos una familia amante de la poesía. Esta afición nos viene de nuestro padre. A él siempre le gustó la poesía.
Fue un hombre sencillo, de campo, sin apenas estudios, pero que siempre le agradó leer a los clásicos poetas e hizo él mismo algunas poesías que a nosotros nos parecían muy bonitas cuando nos las leía. En ellas expresaba sus vivencias.
Después de su muerte, nos ocurrió algo extraordinario, nosotros, que jamás habíamos sido capaces de rimar dos palabras seguidas, empezamos a hacer nuestros pequeños poemas.
Al principio dirigidos a él, más tarde expresando nuestros pensamientos y vivencias.
Por eso, el otro día, en una reunión familiar, comentamos que sería bonito el hacer un blog para escribir nuestras poesías, y aquí estamos, intentado hacer lo que nos gusta y esperando disfrutar con ello.

viernes, 19 de febrero de 2010

LA PALOMA MARI PAZ

Una noche en la laguna
un mono, sobre la una,
fue a refrescarse una pata
y encontró un pastel de nata.

"Voy a comérmelo entero,
para eso lo vi el primero",
dijo el mono en un arbusto,
relamiéndose de gusto.

Y bajo la luna llena,
agitando su melena,
dijo airado el Rey León,
enfadándose un montón:

"¡Ay!, de eso nada, monada,.
Esta tarta merengada
es mía según la ley;
¿no ves que yo soy el rey?"

La hipopótama Frasquilla
le gritó desde la orilla:
"Aunque tú seas monarca,
yo soy reina de esta charca

El pastel me pertenece.
Cariño, ¿no te parece?"
Y un hipopótamo enorme
le contestó: "Estoy conforme".

Llegó en ese mismo instante
Casimiro el Elefante.
"¿Tendrá dentro trufa o moca?
Se me hace agua la boca.

Seguro que está de muerte,
y como soy el más fuerte
y todos me tienen miedo,
yo esta tarta me la quedo."

A rabazos, a zarpazos,
cabezazos y trompazos,
quisieron, con fuerza bruta,
acabar con la disputa.

Llegó en esto, muy locuaz,
la paloma Mari Paz
y, zurea que zurea,
puso fin a la pelea.

"¿Os parece bien, ceporros,
arreglar esto a mamporros?
Ser salvajes y violentos
sólo causa sufrimientos.

¡Vaya cuatro majaderos!
Estáis que da pena veros:
despeinados, magullados
y con los ojos morados."

Y mientras tanto el pastel
se lo llevó el sol con él:
la luz del amanecer
lo hizo desaparecer.

Y los cuatro, hechos un lío,
vieron el lago vacío:
el pastel tan deseado
no estaba por ningún lado.

"No tengáis pena ninguna
que volverá con la luna.
Prestadme mucha atención;
¡ya tengo la solución!:

Compartid vuestro pastel
y disfrutaréis más de él.
Repartiendo justamente,
hay para toda la gente."

Con gran fiesta y alborozo
comen cada noche un trozo.
El pastel tan singular
dura medio mes lunar.

Pero ya no sienten pena,
pues cuando haya luna llena,
en la laguna de plata
habrá otro pastel de nata.

Autora: Carmen Gil (Bajada de internet)

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