En una pequeña aldea, vivía Ángel con sus padres. Ángel tenía diez años y le gustaba mucho los animales. Cerca de la casa tenían una pequeña granja donde había toda clase de animales; gallinas, conejos, cerdos, hasta un caballo y un pequeño pony. Este último, era la alegría de Ángel, él era el encargado de llevarlo a los prados para que comiese la hermosa hierba que allí se criaba y daba largos paseos en su grupa.
Pero a Ángel, lo que le gustaba más de todo eran sus palomos. Un día de su cumpleaños, su padre le dijo:
_ Ángel, tengo un regalo para ti- y le entregó una caja de cartón con varios agujeros, -¿qué es? - dijo el niño,- es una sorpresa, ábrelo haber si te gusta- Cuando el niño abrió la caja salieron dos hermosos palomos. -Son una pareja - dijo el padre- Le haremos un palomar para que tenga su propia casa, así cuando vengas sus hijitos tendrán donde cobijarse.
El niño saltó de alegría, y cada día lo primero que hacia al levantarse, era ir a ver a su pequeño palomar y abría las puertas de él para que volaran libremente.
Una mañana, la paloma tardó más de lo habitual en regresar, cuando lo hizo traía pastos en el pico. Ángel exclamó contento:
-¡papá, la paloma va hacer un nido!- eso es que quiere formar su propia familia- dijo el padre. Efectivamente al cabo de varios días, habían formado un hermoso nido en el que día tras día iban apareciendo huevos, en total fueron cuatro.
El papá de Ángel le dijo que no molestara a la paloma, ahora estaría un tiempo empollando los huevos para darle calor y que pudieran nacer sus hijitos, el palomo se encargaría de traerle la comida.
Pasó el tiempo necesario y un buen día, con la alegría de todos, descubrieron que de los huevos salían unas hermosas cabecitas, los palomitos estaban naciendo. Cada día la paloma madre le daba de comer con su pico y los cuidaba con muchos mimos, como cualquier madre, hasta que sus hijitos aprendieron a volar.
Y colorin colorado este cuento se ha acabado.
Nido
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