A mi hija (antes y después)

Aunque no estoy a tu lado
no pienses que te olvidé,
que son cosas que han pasado
que otro día te lo diré.

Ya hace una semana
que no os he podido ver,
pero tengo muchas ganas
tú me tienes que creer.

Como ya estoy tan vieja
y no puedo caminar,
no he podido ir a veros
creo que me perdonarás.

Estás al lado de tu marido
ahí en el hospital,
se encuentra muy deprimido
porque lo van a operar.

Yo te digo hija querida
que tengas fe en nuestro Dios,
y verás como a otro día
ya volverá tu alegría
porque Dios te lo salvó.

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El doctor pone su fe
para curar a el paciente,
y con dulzura y amor
van haciendo su labor
para curar a la gente.

Es cosa de admiración
lo que hacen los doctores
que arreglan un corazón
hay que darles sus honores.

Iluminados por Dios
van trabajando impaciente,
angustiosos y sonrientes
y cuando el final llegó
se dan cuenta que su frente
está calada en sudor.

Este equipo de doctores
que operaron a tu marido ,
hay que regalarles flores
porque se lo han merecido.

La Yaya