BIENVENIDOS A NUESTRO RINCON...
Somos una familia amante de la poesía. Esta afición nos viene de nuestro padre. A él siempre le gustó la poesía.
Fue un hombre sencillo, de campo, sin apenas estudios, pero que siempre le agradó leer a los clásicos poetas e hizo él mismo algunas poesías que a nosotros nos parecían muy bonitas cuando nos las leía. En ellas expresaba sus vivencias.
Después de su muerte, nos ocurrió algo extraordinario, nosotros, que jamás habíamos sido capaces de rimar dos palabras seguidas, empezamos a hacer nuestros pequeños poemas.
Al principio dirigidos a él, más tarde expresando nuestros pensamientos y vivencias.
Por eso, el otro día, en una reunión familiar, comentamos que sería bonito el hacer un blog para escribir nuestras poesías, y aquí estamos, intentado hacer lo que nos gusta y esperando disfrutar con ello.

domingo, 24 de abril de 2011

La rosa (para concurso)

Mucha gente dice que la  rosa es símbolo de amor y de pasión. Para mi es más bien lo contrario, terror, engaño, maldad.
Para mí la rosa es el recuerdo de un episodio de mi vida que quiero olvidar por completo.
Pienso en la rosa y veo sus ojos, esos ojos tan tiernos, tan atractivos que reflejan algo tan diferente a lo que se oculta tras ellos.
Esos ojos pertenecen a Pedro, es lo primero que vi de él, sus grandes ojos de un color extraño,  gris azulado, fríos pero a la vez bondadosos, aunque pensándolo mejor creo que inconscientemente, los cuentos y historias nos han hecho creer, que las persona con ojos claros no pueden ser malas.
En el primer momento en que lo vi me cautivó por completo y sentí una atracción y unas ganas de conocerlo que superaron mi prudencia y timidez. Fui directa a él y le pregunte si era nuevo en la oficina. No tardamos mucho en conocernos más íntimamente y a partir de aquí empezó mi encuentro con la rosa. Cada día me encontraba una rosa de parte de él, nunca me habían gustado las flores, o al menos eso creía.
Me obsesione con esas flores, las esperaba todo los días, las miraba todo el tiempo y pensé, esto tiene que ser amor, no puede ser otra cosa.
Este estado duró unos meses y mi obsesión con Pedro fue creciendo, hasta que entró una nueva chica en la oficina, se llamaba Marisa, tenía 24 años y era estudiante en prácticas. Tenía un encanto especial, reflejaba vida y espontaneidad, era joven y preciosa. Pedro no tardó mucho en fijarse en ella y desinteresarse por mí. Al cabo de un tiempo las rosas dejaron de llegarme, y nacieron para Marisa.
Ni siquiera puedo describir como me sentía. Los odiaba profundamente. Aunque deseaba con locura atención de Pedro, alguna mirada, alguna sonrisa, alguna rosa… El rechazo me hizo cambiar poco a poco, seguía obsesionada, los observaba todo el tiempo, incluso robaba las rosas de Marisa y me las llevaba a casa. Tenía cientos de rosas y me pasaba horas mirándolas, fingiendo que eran mías. 
No sé en qué momento lo decidí, pero un día cuando salimos del trabajo los seguí, llame a la puerta y los maté, les clavé un cuchillo numerables veces. Ni siquiera me di cuenta de lo que había pasado hasta que estaba encerrada en prisión.
Perdí el juicio y me condenaron a muchos años. A pesar de estar encerrada y parecer en otro mundo y que todo eso no hubiera pasado, no encontraba la paz. Al pasar unos años todo calmó hasta que empezaron a aparecer.
Cada día encontraba una rosa en mi celda. Estoy segura que Pedro  me da el castigo que merezco desde el mas allá y va a alimentar mi locura hasta el fin de mis días.

RSA

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