He llegado a la montaña
y en la cruz te he contemplado.
Te he visto ojos de niño,
tu fas era de soldado.
Tu cuerpo sangrante y roto,
tus manos viejas de anciano.
No he visto un Cristo de historias,
vi un mundo destrozado.
Una a una las espinas
de tu cabeza he quitado
y de tus manos sangrantes
arranqué los fríos clavos.
Y al llegar hasta los pies,
miedo me dio quitarlos.
Era la sangre de un pueblo
pobre, guerrero y esclavo.
Tu cuerpo sangrante y roto
sobre mi se ha descolgado.
Los pies quedaron allí,
en la cruz aun clavado.
Y en tus ojitos de niño
y tu cara de soldado,
vi la humanidad muriendo,
muriendo ante mis brazos.
El pueblo que sufre y muere,
no muere, lo hemos matado,
tras pisar su dignidad
y su fe pisoteado.
Yo en tanto seguiré
dándomelas de cristiano.
Pensando que el mal de los hombres
se lo hicieron mis contrarios.
sábado, 23 de abril de 2011
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Muy bonito yo tambien me hare más cristiano y pensaré más en los pueblos que sufren por culpa de otros.
ResponderEliminarPero que pongan el nombre.
Me parece bien que te hagas eco de esta preciosa canción, pero deberías decir quien es el autor, pues de otra manera das a entender que eres tú. Cuando el autor es el maravilloso grupo llamado "Brotes de olivo"
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