Hoy estoy desconsolado,
estoy apenado por dentro,
la crisis nos ha llegado
y nos deja sin aliento
ver que buenos compañeros
los echan sin miramiento.
Ya no somos una familia
como ellos predicaban;
¡Hay que trabajar muy duro,
hemos de ser la primera!
nosotros bien lo entendimos
y luchamos por la empresa.
¿Dónde quedan las promesas?
¿que hay de los sentimientos?
Detrás de cada expulsado,
hay una familia entera
que dependía de su sueldo
para vivir honradamente
con su trabajo y su esfuerzo.
Para salvar nuestro ego
a veces solemos pensar,
a mí no me pasará
yo soy diferente a ellos.
Todos aquí hemos luchado
porque las cosas funcionen,
pero nos echan la culpa
y son sus malas gestiones.
Hemos perdido clientes
que eran fieles y pagadores
pero querían otras metas
hoy penamos sus errores.
Lo triste y lo lamentable,
es que aún no se a acabado
esto va a ser un calvario
cada día más vigilados.
Tener paciencia chabales,
aguantar un poco más
y cuando pase la crisis
decir adiós, sin mirar atrás.
M.Beltrán
domingo, 10 de mayo de 2009
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Es verdad que esta crisis afecta cada vez a mas personas,a ver si cambian las cosas y esto se arregla. Un abrazo.Josefina
ResponderEliminarPor experiencia te digo lo poco agradable que resulta estar en la cola del paro,pero si miramos atrás otros lo tienen mas duro, no es un consuelo pero es bien cierto. Nosotros tenemos la suerte de poder plasmarlo en un papel, y nos ayuda a calmar un poco la ira. Saludos.
ResponderEliminarEn el nombre de la crisis,
ResponderEliminarinjusticia padecemos ,
no siempre es lo que dicen,
pero pagan los obreros.
Ellos nunca pierden nada,
su bienestar lo aseguran,
y los que no tienen nada
que coman de la basura.
Como esto no se arregle
no se que nos va ha pasar
por si acaso habrá que poner,
como dice el reflan,
nuestra barba a remojar.
No se si saldremos de esta
ResponderEliminartrabajo nos va a costar
porque está empinada la cuesta
y nos cuesta respirar...
Un voto de confianza os pido,
ResponderEliminartodo esto pasará,
nadie dijo que fuera facil
en esta vida luchar.
Pero si juntos vencemos
al mal bicho de la crisis,
cuando vengan otros tiempos
podremos comer perdices