Es un día tranquilo en el Ordal,
inspiramos el aire cálido del valle,
admiramos su belleza natural
y el verdor de sus árboles frutales.
El cielo aparece limpio y claro,
el sol lo ilumina con sus rayos,
verde y azul destacan los colores
si un pintor quisiera dibujarlo.
Lo que nunca plasmaría en ningún cuadro,
es su tranquilidad y su sosiego,
el que percibo hoy, y yo lo guardo,
aunque eche de menos su trasiego.
Loli
domingo, 29 de agosto de 2010
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Echo de menos esa tranquilidad
ResponderEliminargozar con ese bello colorido,
admirando su belleza natural
aunque parezca un poco aburrido.
Yo no me aburro ahí nunca jamás
porque siempre tengo mil cosas que hacer,
cuidar de mis plantas,cortar o regar,
o solo mirarlas y verlas crecer.
Luego desearé de nuevo volver
pero me hacen falta unos día de relax,
pues hay días que ya no se que voy a hacer
pues la cabeza está a punto de estallar.