Erase una vez un niño que estaba muy aburrido.
Un día se encontró una flor en el jardín de su casa, en vez de echarle agua jugó con ella. La flor solo pudo aguantar dos días y medio, se estaba chuchurriendo cuando de pronto la madre del niño le dijo:
Riega la flor, sino se morirá.
El niño le echó el agua que le dijo su madre y la flor volvió a estar bonita. Desde entonces todos los días el niño le echó agua.
Colorín, colorado este cuento se ha acabado.
el peque José
martes, 17 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Hola jose! ya veo que estas vacaciones las aprovechas muy bien escribiendo los cuentos que tanto te gustan. Sigue así que te salen muy bonitos. Me hubiese gustado verte como cada año, pero como no ha podido ser desde aquí te mando muchos besitos.
ResponderEliminar