A media mañana unos cohetes,
un sonido diferente nos alertaba.
Los Pepones esperaba a toda su gente,
y todos acudimos en bandada.
Fue un atardecer de reencuentros,
de besos, abrazos, y palabras,
de rostros ya casi olvidados
que se fundieron de nuevo en la añoranza.
Y noté que estaba en otros tiempos,
leyendo poemas en el olvido.
Reviví de nuevo sentimientos
que ya casi los daba por perdidos.
Y la sangre se altera por mis venas
dándole al corazón tanto poder,
que el latido se mezcla en el aplauso,
capaz de un mundo entero detener...
Anny
jueves, 26 de agosto de 2010
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Muy bonito tu pensar
ResponderEliminary tu renovado encuentro
donde podiste abrazar
y liberar sentimientos,
nuevos y viejos se mexclaron
porque los llevabas dentro,
las raices se quedaron
siempre anhelando el encuentro.