Dia de Santa Ana

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Cuando la veo tan bonita,
tan presumida y coqueta
me da una alegría inmensa
verla tan ágil y dispuesta.

Con noventa y dos años ya
da ejemplo de fortaleza,
cuando ella quiere estar
aguanta con mucha fuerza.

Era día de Santa Ana,
por la mañana salimos
a comer cerca la playa
y luego a casa volvimos.

Unos quedaron en casa,
otros se fueron al campo,
nosotros fuimos a la iglesia
como hicimos otros años.

Nos dejaron allí cerca
y nos fuimos para allá
pero ya estaba tan llena
que no se podía entrar.

Poco a poco nos metimos
junto a los últimos bancos
y de pie allí aguantamos
con una calor de espanto.

Ya en medio de la misa
alguien que se había cansado
se fue dejando un asiento
y se lo dieron a la yaya.

El Cristian y yo seguimos
de guardianes a su lado,
al terminar nos salimos
y en la puerta esperamos.

Hasta que salió la Virgen
y pasó por nuestro lado,
mas de una hora allí firmes
como higos aprensado.

Luego nos fuimos a sentar
en un banco que allí había
para poder dezcansar
y recargar energías.

Cuando ya habían traspuesto
nos fuimos a la calle del mar
y al final en otra esquina
no la volvimos a encontrar.

La yaya estaba contenta
y no se sentía cansá,
decía que le gustaría
estar hasta la madrugá.

Pero ya era muy tarde
y nos vinimos para acá
pues el Cristian tenia cole
y tenia que madrugar.

Andando poquito a poco
llegamos ya hasta aquí,
más fuerte ella que nosotros
dando ejemplo en su vivir.

********
Ayer subimos al campo
estuvimos en la casa
luego fuimos a ver los mangos
que están allí en la solana.

Venian el Alex y el Cristian,
por allí correteaban
y al verlos por allí saltar
la yaya contenta estaba.

Estando allí en la explanada
recordando viejos tiempos
unas canciones cantaba
de rueda y hasta bailamos.

Josefina y Cristian