BIENVENIDOS A NUESTRO RINCON...
Somos una familia amante de la poesía. Esta afición nos viene de nuestro padre. A él siempre le gustó la poesía.
Fue un hombre sencillo, de campo, sin apenas estudios, pero que siempre le agradó leer a los clásicos poetas e hizo él mismo algunas poesías que a nosotros nos parecían muy bonitas cuando nos las leía. En ellas expresaba sus vivencias.
Después de su muerte, nos ocurrió algo extraordinario, nosotros, que jamás habíamos sido capaces de rimar dos palabras seguidas, empezamos a hacer nuestros pequeños poemas.
Al principio dirigidos a él, más tarde expresando nuestros pensamientos y vivencias.
Por eso, el otro día, en una reunión familiar, comentamos que sería bonito el hacer un blog para escribir nuestras poesías, y aquí estamos, intentado hacer lo que nos gusta y esperando disfrutar con ello.

martes, 31 de julio de 2012

Estuve allí

Caminé por tus senderos,
soñé con tu luna hermosa
y en un recodo escondido
desojé la margarita
entre la rima y la prosa.

Arriba de la montaña
el misterio es absoluto,
el silencio te acompaña
y en medio de tanta estrella
dejas escapar un grito...

¡Libertad !Es lo que siento,
me acompañan los luceros,
que titilan en su baile
y disfrutan de la noche
antes que el sol nos abrace.

Después se hace la luz
y vuelve lo cotidiano,
pero yo me llevo dentro
el beso de tu quietud,
de tu prosa y de tus versos.

Anny

3 comentarios:

  1. Allí estuvimos las dos
    disfrutando de su encanto,
    del silencio acogedor
    que nos hace sentir tanto.

    Nos hace soñar despierta,
    nos acuna con el canto
    de los pájaros que vuelan
    en libertad por los campos.

    Entre el silencio y el viento
    surgen versos y poemas,
    desgranando sentimientos
    el alma así se serena.

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  2. Vale la pena que estéis
    unos días en ese sitio,
    renovando vuestra mente,
    añorando los principios,
    de luceros luminosos
    de esas noches silenciosas
    y de recuerdos hermosos

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  3. Pasé ayer por la colina
    estaba muy triste todo,
    los coleos daban pena
    paliduchos y arrugados.

    Echan de menos su agua
    a la gente y su mirada,
    al trasiego desde el alba
    y al murmullo en las veladas.

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