BIENVENIDOS A NUESTRO RINCON...
Somos una familia amante de la poesía. Esta afición nos viene de nuestro padre. A él siempre le gustó la poesía.
Fue un hombre sencillo, de campo, sin apenas estudios, pero que siempre le agradó leer a los clásicos poetas e hizo él mismo algunas poesías que a nosotros nos parecían muy bonitas cuando nos las leía. En ellas expresaba sus vivencias.
Después de su muerte, nos ocurrió algo extraordinario, nosotros, que jamás habíamos sido capaces de rimar dos palabras seguidas, empezamos a hacer nuestros pequeños poemas.
Al principio dirigidos a él, más tarde expresando nuestros pensamientos y vivencias.
Por eso, el otro día, en una reunión familiar, comentamos que sería bonito el hacer un blog para escribir nuestras poesías, y aquí estamos, intentado hacer lo que nos gusta y esperando disfrutar con ello.

jueves, 7 de octubre de 2010

UNA BATA BLANCO ARMIÑO

Hoy hondando en mis recuerdos
de las noches de mi olvido,
senderos vienen a mi mente
de aromas de viña y olivos.

Me veo cada mañana,
con la bata como abrigo,
siempre bien abotonada,
de un blanco color armiño.

Bajaba por el sendero
serpenteando el camino,
el frío fresco de enero
era mi mejor amigo.

Me refrescaba la cara,
me susurraba al oído,
cuentos de brujas y hadas
me decían sus silbidos.

Y yo caminaba erguida
desafiando el camino,
cada día hacia la ermita
escuela, que nunca olvido.

Allí hice los deberes
de la vida que hoy yo vivo,
aprendí a tener valores
y aceptar mi destino.

Aprendí a escuchar la tierra,
a oír su leve quejido,
a oler su aroma de hierba,
a romero o a tomillo.

Cuando la mecía el aire,
cuando la bañaba el río,
cuando despertaba al alba
con las gotas del rocío.

Aprendí a amarla, a quererla,
a ver sus colores vivos,
el marrón de sus terrones
y el verde, color de olivo.

Y entre miles de colores,
una bata blanco armiño,
tras ella, miles de olores,
de una escuela, de unos niños...

Loli

2 comentarios:

  1. Recuerdos que no se olvidan,
    recuerdos de la niñez,
    siempre se mantiene viva
    la esperanza de volver.

    Y vuelves en tus pensamientos,
    dando vida a lo irreal,
    hasta oyes aquel viento
    que te hacia tambalear.

    Hay, de aquel que no se acuerda
    o que prefiere olvidar,
    porque le marco su infancia
    sin familia y sin hogar.

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  2. Recuerdos de frío invierno
    vajando por la vereda,
    recuedos de días risueños
    jugando junto a la escuela.

    Entre recuerdo y recuerdo
    unas vidas que empesaban
    toditas llenas de sueños.

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