BIENVENIDOS A NUESTRO RINCON...
Somos una familia amante de la poesía. Esta afición nos viene de nuestro padre. A él siempre le gustó la poesía.
Fue un hombre sencillo, de campo, sin apenas estudios, pero que siempre le agradó leer a los clásicos poetas e hizo él mismo algunas poesías que a nosotros nos parecían muy bonitas cuando nos las leía. En ellas expresaba sus vivencias.
Después de su muerte, nos ocurrió algo extraordinario, nosotros, que jamás habíamos sido capaces de rimar dos palabras seguidas, empezamos a hacer nuestros pequeños poemas.
Al principio dirigidos a él, más tarde expresando nuestros pensamientos y vivencias.
Por eso, el otro día, en una reunión familiar, comentamos que sería bonito el hacer un blog para escribir nuestras poesías, y aquí estamos, intentado hacer lo que nos gusta y esperando disfrutar con ello.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Pensamiento Onírico(Añoranza)

Algo me despertó, quizás fue ese frío que me inunda todos los amaneceres desde el día que mi techo no resistió el peso de una nieve acumulada, en aquellos inviernos fríos que me habían tocado pasar sola, esperando.
Pudo ser también el silbar del viento del norte por las rendijas de mi puerta, ese viento que había vencido los cristales de mis ventanas; sobre los que él dibujaba garabatos con la yema de sus dedos, tras haber humedecido con su aliento.
Solo me mantenía en pie la añoranza, aquella que me hacia soñar cada día con su vuelta, aquella con la que aún recordaba sus gritos al nacer una cálida tarde de verano, su subir y bajar a la buhardilla, sus juegos frente a mi chimenea,…; y como no, aquel fatídico día que bamboleándose en aquel carro tirado por su trabajador burrito, junto a sus inseparables padres, miró hacía atrás cuando se alejaba por el camino y con lagrimas en los ojos gritó:
Volveré algún día para quedarme.
Un carro grande sin ninguna tracción animal se acercaba aquella mañana, se paró frente a mi desgarrada puerta y tras abrirse la parte trasera lentamente, apareció un chico pequeño y enjuto, parecía él, pero no. Tras el chico salió un anciano alto, corpulento y con el pelo canoso, aunque los años habían cambiado su aspecto, no cabía duda, ¡él había vuelto para quedarse!
Algo me despertó, quizás fueron los gritos de mi nieto avisándome de nuestra llegada, ó quizás el chirrido de unos frenos que anunciaban el final de nuestro viaje.
Tras la ventana, la vi, los años también habían pasado para ella, sus techos vencidos, sus ventanas sin cristales, daban paso a unos rayos de sol que empezaba a atravesar las últimas nubes del invierno.
¡Había vuelto para quedarme!

Jose Manuel

5 comentarios:

  1. Bonita historia primo, ¿cantos años habían pasado?.

    Un abrazo.

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  2. Recuerdos de un niño jugando
    quedaban en aquel hogar,
    inviernos que fueron pasando
    hasta destruir el tejar.

    Poned la edad que mas guste
    eso importancia no tendrá,
    si la tiene, el que vuelve
    y que en pie aún está.

    Cuantos volvieron con esperanza
    y ruinas tan solo han encontrado,
    partieron a buscando un trabajo
    y sufrieron tiempos de añoranza.

    Un beso
    Jose Manuel

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  3. Esas casas de tu cuento
    siguen en pie por la añoranza
    son`pacientes en su tiempo,
    más después se recompensan
    con la vuelta y el encuentro.
    ¡Preciosa como siempre!

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  4. Nosotros todos los años
    hemos vuelto a aquel lugar,
    pero hay muchas personas
    que no pudieron regresar.

    Y quizás esa añoranza
    no pudieron satisfacer,
    no volvieron a esa casa
    que les había visto crecer.

    Recuerdo hoy a la abuela
    sus ganas de regresar,
    subir por las cuesta aquellas
    y allí se quiso quedar.

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  5. Añoranzas y sueños..
    ¿Que sería nuestra vida sin ellos?
    ¡Es un buén sustento para la ilusión!

    Bonitos esos pensamientos onirico.

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