La paloma mensajera

Una paloma volaba
cuando mucho frío hacía,
el viento se la llevaba
y ya volar no podía,
cayéndose desolada
y en el desierto paraba.

Allí no se oía los gritos
que la paloma exhalaba,
la pobre desesperada
no paraba de gritar
por si alguien la escuchaba.

Pero un pájaro ambulante
que por allí paseaba,
la ha cogido muy galante
y en sus garras la llevaba.

Se la llevó muy distante
y en un bosque se paró,
a lo lejos se dio cuenta
que venía un cazador.

El gavilán se marchó,
le pareció más prudente,
y la paloma valiente
allí quieta se quedó,
el cazador sonriente
con sus manos la cogió.

Aquella paloma era
una paloma extranjera
que venía del Oriente,
para decirle a la gente
que el veinticuatro en Belén
una estrella relucía,
y era porque iba a nacer
el verdadero Mesías,
en el Portal de Belén
hijo de José y María

La paloma se salvó
y fue un milagro patente,
gracias a aquel cazador
que la curó amablemente.

Cuando se recuperó
un día tan de repente,
alzó sus alas y voló
y allí estará en el Oriente

Y ya nunca más voló
pero quedó en nuestras mentes,
el mensaje que dejó.

Y para que no se olvide
con mucha fe y con cariño
hacemos este homenaje
para la Virgen y el niño.

La Yaya