Todo ocurrió rápidamente, juegos inocentes dieron paso a un calor desenfrenado que sacaron de él, el animal que llevaba dentro y descargó la tensión acumulada de una semana, llena de innumerables decisiones tomadas al amparo de su soledad en el poder.
La expresión en la cara de la chica, al verse perdida, no le provocaron ninguna compasión y acabó con su vida, como cualquier decisión tomada aquella misma mañana, esas afectaban a más gente.
Se levantó, se duchó y solo tras haberse vestido y peinado con precisión, llamó a su jefe de prensa.
Era un hombre leal y eficaz, inventaría una noticia paralela para desviar la atención de aquel nuevo día, y encontraría un culpable para el crimen, cualquier desgraciado que no aportara nada a la sociedad.
En la zona humilde de la ciudad, amanecía un nuevo y monótono día.
El sonido del despertador anunciaba el comienzo de una nueva semana de trabajo en la fabrica, ya los años hacían sentir mas el frío de las mañanas al salir de aquellas sabanas, la espalda anunciaba lluvias y la oscuridad de la calle, nuevamente descubría que el despertador se había adelantado, tendría que cambiarlo, pero llevaba tanto tiempo con él.
Tras una ducha reparadora, se dirigió a la cocina y puso a calentar café, el televisor con el que escuchaba las noticias de cada día ya estaba encendido.
Aquella noticia le indignó, de nuevo habían intentado secuestrar a un familiar del presidente, una persona que vivía para el pueblo. Tendrá sus defectos, pero como todos, llegó a decir en voz alta.
La próxima noticia fue breve, una chica había sido encontrada en un parque estrangulada, pero ya habían encontrado al culpable, era un indigente que con la cabeza perdida deambulaba por la zona; deberían de estar todos encerrados, balbuceó.
La foto de la chica casi no apareció en la pantalla, pero bastó esa décima de segundo para conocerla,…. ¡era su hija!
José Manuel
viernes, 11 de diciembre de 2009
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Que triste historia para un padre,
ResponderEliminary el señor se quedó tan pancho,
una vida más o menos....
Cuantos crímenes ocurren así y quedan impune,nunca se llega a saber quienes fueron los asesinos.Pobre de ese padre y pobre de esa chica.
ResponderEliminarEscríbenos algo mas alegre, que ya está bien de penas.
Un abrazo.Josefina.
Eres audaz en tus temas,
ResponderEliminarpero la pura verdad
es que a veces es superada
por la triste realidad
de engaños y de miserias,
de crímenes y vanidad,
muchos forjan su camino
sin mirar la vista atrás
Un abrazo.¡Feliz Navidad!