Arroyuelo que de nuevo
corres por mi viejas tierras,
naciendo en la altas sierras
llegas a besar mi suelo.
Admiro hoy tus corrientes
serpenteando el camino,
de tus aguas, el sonido
y su fulgor reluciente.
¡Como sueño yo contigo!,
cuando allá, en mi niñez,
jugábamos a esconder
y a saltarte con buen tino.
Mientras mi madre lavaba,
hacía un barquito de caña
y con suerte y algo de maña
en tus aguas navegaba.
Un buen día te secaste,
tu caudal ya nadie vio,
la tierra entera gimió
y yo me fui muy distante.
Hoy has vuelto con rigor
regando con lozanía,
esa hermosa tierra mía
que amamos juntos los dos.
Loli
Arroyo de agua límpida que recorria tu niñez, juegos eternos de barquitos de caña.
ResponderEliminarEstas Navidades podrías haber vuelto a jugar a ser niña en tu madurez.
Prima alli estabamos y te echamos de menos.
Un beso
Es verdad hermana mía
ResponderEliminarlos arroyos van corriendo,
se deslizan noche y día
y tu te lo estás perdiendo.
Ese ruidito constante
que en su largo recorrido,
las aguas serpenteantes
dejan en nuestros oídos,
son sonidos diferentes
quisiera oirlos contigo.
Muy bonita, un beso.
Como ruge en las cañadas
ResponderEliminarcon sus aguas turbulentas,
se lleva así lo que encuentra,
la deja toda alisada.
Al ir pasando los días
todo ya se va calmando,
el agua se va aclarando
y ya suena a melodía.
Transparente y cristalina
puedes lavarte la cara,
recuerdas cuando lavaba
tu madre al pie la colina.
Es verdad que hacía tiempo que no le oíamos.
Muy bonita. Muchos besos.
Mágico y serpenteante,
ResponderEliminarcaudaloso y expresivo
baja nuestro fiel arroyo,
dejado ya en el olvido.
Recuperando su espacio
su añoranza y su belleza,
se muestra con esplendor
ante la naturaleza.