Bajo el aire del otoño
está la tarde serena,
viste dorado el madroño,
las hojas blandas se quejan.
El viento sopla en el valle,
va moviendo la arboleda,
lágrimas de ocre extiende
su color sobre la tierra.
Los álamos sobre el río
dejan sus hojas ya muertas,
en la corriente, con frío,
yacen en sus aguas, yertas.
El sol, arriba palidece,
ya las tardes son más cortas,
algo de abrigo apetece
cuando la envuelve las sombras.
Se oye la música en el viento
de una guitarra sonora,
desgranando va unos versos
en la tarde soñadora.
La tarde, muda, agradece
la paz que reina en el valle,
poco a poco se adormece
cuando la noche se abre.
Otoño
sábado, 22 de septiembre de 2012
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