BIENVENIDOS A NUESTRO RINCON...
Somos una familia amante de la poesía. Esta afición nos viene de nuestro padre. A él siempre le gustó la poesía.
Fue un hombre sencillo, de campo, sin apenas estudios, pero que siempre le agradó leer a los clásicos poetas e hizo él mismo algunas poesías que a nosotros nos parecían muy bonitas cuando nos las leía. En ellas expresaba sus vivencias.
Después de su muerte, nos ocurrió algo extraordinario, nosotros, que jamás habíamos sido capaces de rimar dos palabras seguidas, empezamos a hacer nuestros pequeños poemas.
Al principio dirigidos a él, más tarde expresando nuestros pensamientos y vivencias.
Por eso, el otro día, en una reunión familiar, comentamos que sería bonito el hacer un blog para escribir nuestras poesías, y aquí estamos, intentado hacer lo que nos gusta y esperando disfrutar con ello.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Viaje a un reino lejano

Corrían los primeros años de un siglo que ya se atisbaba convulso. En la tranquilidad de mi reino el tiempo transcurría monótono. Mi joven estirpe, la que me suplirá cuando mi tiempo haya expirado, y que hoy disfruto de su crianza y formación, tenían sed de aventuras en reinos lejanos.
Partimos una tarde de otoño con un frío algo invernal, hacia el Reino donde habitan las Hadas. Tras día y noche viajando llegamos una madrugada, a la hora en las que los conventos ya tocan a maitines, al hogar de mi Hada Madrina, nos esperaba ávida de compartir con nosotros todo el amor que su corazón almacenaba.
Fue al día siguiente cuando mi amigo, mi primo, mi Hermano fue a visitarnos y nos agasajó con suculentas viandas de su reino para desayunar.
Ya saciados, visitamos a la Gran Hada, aquella que mantiene firme los cimientos de este reino, cedido hace tiempo por el Mago de cabellos plateados, aquel que nos abandonó cuando fue llamado a cumplir menesteres mas importantes al Gran Reino, y que nos aguarda en armoniosa compañía.
Pude disfrutar entonces de las cuatro columnas que sostienen aquel castillo y de las que me precio amigo, primo, Hermano.
Mi vástago heredero fue invitado por una pareja de príncipes, que ya fundaron su particular castillo, a visitar el Gran Coliseum, donde el pueblo se divierte y olvida los menesteres y vicisitudes diarios.
Disfrutamos de su Gusano gigante que horada los subsuelos del reino, trasladando a sus habitantes por las entrañas de la tierra para hacerlos confluir en lugares de voto y rezo, preparando la futura llegada del Redentor.
Viajamos a la residencia de invierno, que la familia posee en las montañas aledañas. Allí pude saludar a varios miembros de nuestra extensa familia. Pequeños personajes, que serán nuestro futuro, y otros miembros mayores que son nuestro presente y nuestro pasado, entre ellos otra grandísima Hada que sostiene a su estirpe.
Visitamos los bosques de la masía en una excursión que recordaremos grandes y pequeños, guiados de forma magistral en cada momento por uno de nuestros príncipes, adiestrado en tiempos inmemoriales para su labor.
El último día visitamos una atalaya desde la que no solo se rinde culto al Dios Redentor, sino que además los lugareños disfrutan de sus días de hastío contemplando la inmensidad de su territorio.
Diviso la ciudad, una pequeña musaraña parece tejer una tela creando un trasfondo oculto, pienso que quizás esconda las miserias que todo sitio posee, y que inconcientemente todos procuramos esconder.
Desde aquí deseo de todo corazón que este territorio encuentre su camino, el que sea, pero que sea el correcto, el que no haga sufrir a este pueblo que se merece vivir los pocos días que transitamos por este mundo, en paz y con la felicidad de ver nacer y crecer una nueva generación.
Volvimos al día siguiente a nuestro reino, al que llegamos un crepúsculo de Diciembre.
Por el camino mi mente no paraba de rememorar los días acontecidos, y por ellos doy gracias a todos los que en aquel reino lejano, me abrazaron y me dieron todo el calor de sus corazones, gracias por hacerme ver que nos queréis.
Gracias a las Hadas Madrinas, los Reyes y Reinas, sus Príncipes con sus descendientes, y por supuesto no me olvido en este agradecimiento al Príncipe llegado de las tierras lejanas del Norte.
Y mi humilde persona os pide que protejáis ese reino, al cual pertenezco con orgullo, y en el que mostramos los valores a nuestros descendientes:
El Reino de los Beltran Barranquero.

José Manuel

5 comentarios:

  1. !Que bonito primo! tu si que sabes. Que bien sabes narrar las vivencias compartidas. .También yo me siento orgullosa de pertenecer a ese reino contigo.

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  2. No olvides nunca mi hermano
    que nuestra sangre es la misma
    y estamos comprometidos,
    luchar por nuestros pilares
    y siempre siempre unidos.

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  3. Que bien escribes primo, y que orgullosa me siento de que seas un miembro mas de nuestro reino. Lo de las musarañas pone el punto final, increíble la imaginacion que le pones a todo. Un abrazo

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  4. Los reyes y reinas y sus pequeños vástagos, ya echan de menos el poco tiempo compartido. Las hadas madre aún piensan que fué un sueño. Pero todos..sin contarlo unos a otros..ya piensan en el próximo encuentro y hacen conjetura sobre cual será el país acogedor..........

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  5. Un relato de andanzas por un reino rico en sueños convividos.
    La realidad propia siempre es la mejor fuente de inspiración.
    Hermoso.

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