BIENVENIDOS A NUESTRO RINCON...
Somos una familia amante de la poesía. Esta afición nos viene de nuestro padre. A él siempre le gustó la poesía.
Fue un hombre sencillo, de campo, sin apenas estudios, pero que siempre le agradó leer a los clásicos poetas e hizo él mismo algunas poesías que a nosotros nos parecían muy bonitas cuando nos las leía. En ellas expresaba sus vivencias.
Después de su muerte, nos ocurrió algo extraordinario, nosotros, que jamás habíamos sido capaces de rimar dos palabras seguidas, empezamos a hacer nuestros pequeños poemas.
Al principio dirigidos a él, más tarde expresando nuestros pensamientos y vivencias.
Por eso, el otro día, en una reunión familiar, comentamos que sería bonito el hacer un blog para escribir nuestras poesías, y aquí estamos, intentado hacer lo que nos gusta y esperando disfrutar con ello.

domingo, 18 de agosto de 2013

Mukak y Los Guerreros Lausen

Capítulo 2

El Partido ya ha comenzado

Llegaron al estadio de los Lausen era enorme y con una grada más grande que el campo, estaba repleta de gente.
Todos los de la raza de Mukak (los Mokakos) estaban alucinados.
Pero no era momento de emocionarse si no de ganar, entró el árbrito y todos los Lausen y empezó el partido. Entonces los robots formados por El Gran Jefe empezaron a correr hacia el balón y los Mokakos también, el balón se lo llevó los robots que jugaban como una estrella fugaz de rápido. Empezaron a pasarse la pelota y uno de ellos disparó y
-¡Sen! .-Gritó el árbitro.
Empezó otra vez en medio del campo, esta vez la cogió Faste y se la pasó a Gerbhus que le hizo una pared chutó Faste y ¡Sen! De Faste nunca nadie había metido un sen a los Lausen hasta ahora y lo hizo el que no quería jugar.
-Toma ya un sen para los mokakos.-Gritó Faste.
Nooo .- gritó El Gran Jefe.
Sí .-gritó Mukak desde el banquillo.
Se siguió el juego de mientras que los dos Hujades se pusieron en rojo. De repente Gerbhus cogió el balón y le pegó como Mukak le dijo en medio con el empeine seco y fuerte, y ¡Sen!.
Ya se abrió la barrera solo faltaba un sen más para no ser invadidos. De repente El Gran Jefe se volvió como loco, no podía ir perdiendo con unos raritos.
Se enfadó cogió el fu (que es la pelota) y empezó a empujar a la gente y al final chutó, ¡Sen! se había quitado la barrera, si lo hacía una vez más estarían acabados.
Mukak les animaba pero no se movían.
-Faste al banquillo, saldré yo por tí
-Vale papá, se fuerte y gana el partido.
Mukak no le respondió estaba concentrado en meterle una paliza a ese grandullón.
Otra vez lo hizo empezó a empujar a todos, y cuando llegó a Mukak se paró y le intento empujar más fuerte que a los demás, pero de repente pasó algo increíble, Mukak se rodeó de un aura azul muy fuerte y saltó por lo alto quitandole la pelota, El Gran Jefe se quedó patidifuso y se fue detrás de él.
Mukak saltó tan alto que parecía que estaba volando le dio un balonazo al fu y dijo:
¡Mar Fikos!.
Metió el sen y todos se quedaron en silencio. Parecía como un poder.
¡Sen! De Mukak el imperio Lausen ha caído ante el planeta Gutak.
Ese es el poder del mar solo lo tiene el gran legendario guerrero de Sengukoy.
Yo soy el legendario guerrero jajaja .- Mukak se rió.
Entonces nos dejaréis en paz ¿verdad?
Vale os dejaremos en paz, adiós o Gran Guerrero.
Adiós.
Llegaron a casa y se lo contaron todo a sus hijos y hermanos, que ellos se divirtieron mucho y casi todos los pequeños querían que les enseñaran El Mar Fikos. Pero solo se lo enseño a Faste y a Gerbhus, que eran los hijos que más orgullosos estaban de su padre.

Este juego, el Sengukoy, aún se juega en los confines más remotos del universo, y alguna vez vendrán aquí a desafiarnos, los Lausen, pero solo los guerreros más poderosos de La Tierra podrán luchar y conseguir la victoria, para no ser invadidos.


El Peque José

2 comentarios:

  1. ese partido imaginario, ¿no tendrá nada que ver con el tuyo?. Como te fue en el tuyo,¿ganasteis? escribes muy bien ¿qué tal lo estáis pasando el resto de las vacaciones? A mi ya se me acabaron. Besos

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  2. Guapada de encuentro deportivo en otra galaxia.
    Bien por Mukar y sus sorpresas guerreras y muy bien por El Peque Jose.

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