Guido y El Valle del Pentagrama

Quiero contaros una historia que pudo haber ocurrido o quizás no, pero es tan hermosa que si no ocurrió debería haberlo hecho.

Guido, ese era su nombre, vivía rodeado de tanta soledad que a menudo hablaba incluso con su sombra.

Pelo negro y largo, barba pronunciada, nariz aguileña y unos ojos verde aceituna atraían la mirada menos que esa delgadez provocada por la ínfima alimentación en un retiro espiritual que ya hacían flaquear toda su vocación de asceta.

Un día a comienzos de la primavera fue a pulular por aquel valle una bella mariposa azul, desde entonces visitaría su cabaña cada atardecer para acompañarlo hasta que el rojizo sol desaparecía tras los picos lejanos aún nevados, después volaba incrustandose en la espesa negrura de la noche.

Hablaba con ella, no le contestaba no, pero el le hablaba, incluso le puso nombre.

-Te llamaras Dominique (lo que pertenece a Dios), porque seguro que el te envía.

Pasaron los días y su espíritu se fue amansando, junto a su visitante vespertina, disfrutaba del sonido que producía su aletear.

Un atardecer apareció acompañada, Dominique venía con Regina, como así la bautismo Guido nada mas verla, Regina Caeli (reina de los cielos) eso le pareció a él la primera ver que apareció con ese rojo intenso que relucía en la oscuridad cada vez que desaparecía junto a Dominique entre las sombras.

Mientras meditaba le gustaba escuchar ese sonido musical que producían cada una por separado, tan diferente uno de otro, pero a la vez tan armonioso.

Días después aparecieron acompañadas de otra pequeña amiga.

-Micaela será tu nombre (semejante a Dios )porque a él me recuerdas pequeña amiga con ese amarillo intenso que tienes.

Y la musicalidad de los atardeceres fue aceptando una vida de búsqueda y llenando un alma necesitada de respuestas.

La próxima en unirse a los preludios de la noche fue Fátima, Guido nada mas verla con ese naranja intenso creyó haber visto una aparición.

Cada una marcaban un sonido diferente que era embellecido por el contraste de colores que formaban en sus aleteos.

No esperaba ya ninguna incorporación a la sinfonía de sonidos, cuando uno de tantos días vinieron acompañadas por una nueva mariposita verde, que Guido no pudo ver hasta que revoloteo sobre su cabeza, debido a que se confundía con lo frondoso que relucía el valle por aquellas fechas del año.

- Tú serás Soledad, porque ya se que nunca mas me sentire solo y eso gracias a vosotras que acompañais mi melancolía y tú me recordaras esos días en los que la nada me inundaba.

Los días pasaban joviales esperando el ocaso para reencontrarse con sus amigas, que siempre modificaban su soniquete para que pareciera diferente.

Una de tantas anochecidas apareció una nueva visitante para unirse al grupo de melomanas voladoras, de un color violeta intenso, Larisa le puso Guido por su alegría que rebosaba frente a sus compañeras.

Lo armonioso de los sonidos, lo caleidoscopico de sus aleteos llegaron a su máximo exponencial cuando aquel crepúsculo apareció junto a sus hermanas Sigrid (aquella que sirve de estimulo para vencer) con ella y su color añil todo parecía no haber tenido sentido hasta aquel momento. Como una obra de arte que esta en fase de construcción y con el último toque del maestro, sin que nadie lo diga, se ve finalizada y expuesta para ser amada.

Guido,supo que ya no vendría ninguna nueva amiga, todas estaban ya presente para deleitar a su anfitrión anacoreta.

Todos los atardeceres se sentaba frente al valle a escuchar la sinfonía y nombraba a cada una de ellas  en diferente orden según su estado emocional mientras estas respondían con un vuelo en semicírculo a su alrededor y emitiendo sonidos que las hacían diferentes unas a otras, componiendo un flujo sonoro que le llenaba de paz y de sentido.

Cuentan que así paso de la centena de años y que un día cuando las sombras ya se habían apoderado del valle y las mariposas multicolor se retiraban, Guido las siguió y fue junto a ellas engullido por la oscuridad.

Muchos dicen haber visto desde entonces por aquel valle un gran arco multicolor que desprendía musicalidad.

Si alguna vez pasáis por El Valle del Pentagrama y sois afortunados de ver ese arco, no dejad de poner todos vuestros sentidos y escuchad dentro de vuestro alma la música de Guido y sus amigas las mariposas y recordad sus nombres:

Dominique

Regina 

Micaela

Fátima 

Soledad

Larisa

Sigrid

Guido