domingo, 21 de agosto de 2011
Una excursión al Cerro Patarra
Los últimos vestigios de la noche aún perdura en las lejanas montañas. Caminamos ligeros hacia la meta deseada. El silencio de la naturaleza, aún dormida, nos acoge en nuestro caminar, mientras, la mañana se despereza en su despertar aclarando nuestro entorno.
La brisa matutina nos saluda con una suave caricia que hace que nuestros pulmones se llenen de su agradable frescura.
Inspiramos el olor a tierra y a diversas plantas y arbustos que encontramos a nuestro paso. El día nos invita a adentrarnos en él y a disfrutar de su maravillosa acogida.
Un pequeño grupo compartimos la agradable experiencia de la escalada. Caminamos por cuestas empinadas haciendo algunas paraditas para reponer fuerzas y admirar nuestro entorno.
Por fin llegamos a la cima donde quedamos maravillados de su espectacular vista; podemos contemplar sus campos verdes llenos de diminutos caseríos, pueblos encalados, que brillan, como tacitas plateadas, con los primeros rayos de sol; Almáchar, Borge, Iznate, Benamocarra, Vélez...
Lástima que una pequeña niebla nos impide ver el mar con claridad. Recitamos poemas que alababan nuestros campos, nuestros bellos rincones de la Axarquía.
Fue una mañana agradable que disfrutamos en camaradería incluyendo algunas anécdotas humorísticas como el hombre de los dientes de oro, el del carril, etc.
Acabamos la excursión un poco cansados, pero con la satisfacción de haber logrado llegar a nuestra meta.
Loli
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No cambiaría ni una coma de tu narración.
ResponderEliminarTan solo añadir, gracias por haber compartido conmigo esta pequeña aventura y sobre todo por aguantarme, jejeje.
Un beso
Gracias primo, el aguantarnos sería mutuo ¿no?, es broma ¿sabes? ya te estoy echando de menos.Pero eso si, no te permito que cambie ni un acento aunque haya mil palabras que se podría cambiar. Un besaso y a seguir pasándolo bien.
ResponderEliminarMuy bello escrito sobre una excursión al Cerro Patarra.
ResponderEliminarPara mí fue una escalada de descubrimientos a la vista y a los sentidos de una bella tierra que no había pisado antes.
Mis guías hicisteis que el tiempo se parara en mi reloj, que lo almacenara en el tic-tac de mi corazón, a donde acudo a veces para recuperar emociones en mi interior.
Gracias por la ascensión plena de serenidad.
Grandes momentos también las apariciones de de "El Hombre del Carril" y "El Guardián de los Dientes de Oro", dignos de aparecer dentro de un relato fantástico.
Gracias Loli por plasmar tan natural la ascensión.
Ahora siento de nuevo haber llegado a nuestra meta.
* Masmoc Utopía