Cuando yo era pequeña
una vez subí andando,
mi madre allí me llevaba
para dar gracias a la Virgen
por algo que había curado.
Hoy después de muchos años
he vuelto a subir con ella
y le he dado gracias yo
por conservarla tan bella.
Va acompañando a sus hijos
dos nietas y dos bisnietos
y se siente revivir
recordando viejos tiempos.
Vigilando a los pequeños,
cuidando sus movimientos,
por si hay algún peligro
poder estar al momento.
Admiramos la capilla
toda de luz está llena
con esas lindas pinturas
y el cielo lleno de estrellas.
Pinturas en las que ha plasmado
toda la Axarquía entera,
un pintor que es Malagueño,
se llama Evaristo Guerra.
Quiso ofrecerle a la Virgen
el paisaje de su tierra,
que no se encontrara sola
encerrada allí en su Iglesia.
Son ventanas hacia sus campos,
sus montañas y sus siembras,
a sus jentes trabajando,
casas y otras Iglesias.
Fina
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