sentí deseos de consultar,
de preguntar por si tenía respuesta,
de estar atenta al aire, al frío,
a la equidad...
A la caricia de la lluvia fría,
a la templanza de la tarde en paz.
A sentir la voz en la lejanía
por si alguien quisiera contestar...
La respuesta solo llegó del viento,
del vacío envuelto en soledad.
Del recuerdo unido a la añoranza,
¡De la falta que dejan al marchar!
Anny
Nunca puede haber respuestas
ResponderEliminarpues ya nada seria igual,
vivirías condicionada
y perderías tu libertad.
Muy bonita.
Esa quietud, ese silencio eterno,
ResponderEliminares el que nos deja en la tristesa,
no sabemos si sólo es nuestro sueño
o el querer que haya algo nos alienta.
Necesitamos de la presencia etérea
para sentirnos arropados en su ausencia,
la esperanza nos acorta la espera
y pensando en el encuentro nos alienta.
Muy bonita.