Pasó un año más,
intrascendente,
como lluvia que cae
lentamente.
Subió los previstos escalones,
nadie la vio pasar,
aunque hizo mucho ruido
al caminar.
Con la mirada perdida
buscó ya dolorida
por cada esquina de su tiempo
¡Solo encontró silencio!
Gritó para que el mundo
la mirara,
mas el bullicio su eco
se tragaba.
Sola y fría lloró
en la almohada,
con el triste consuelo
de la sábana..
Anny
sábado, 3 de julio de 2010
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A veces aunque haya mucho ruido nos sentimos solos y la almohada es nuestro paño de lágrima.
ResponderEliminarMuy bonita.
Con tu poesía consigues que algo tan triste se enmbellezca, asi todos sufriremos un poco su soledad y por un instante sus lagrimas no se secaran sin almenos haber humedecido un corazón.
ResponderEliminarUn beso.
La soledad siempre es triste, y más aún, si se está en medio de una multitud.
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