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Hoy mis rosas son para ti,
claras, blancas y diáfanas.
Que sepan traspasar muros.
Que salten alambres y vallas.
Que le den la mano al viento.
Que una su risa al alba.
Que suban al mismo cielo
donde tienes tu morada...
¡Pensamos en ti,Carmen!
Anny
viernes, 16 de julio de 2010
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Yo también te mando rosas
ResponderEliminarblancas y lindas como tu,
que lleguen allá siendo hermosas
y se irradien con tu luz.
Como el olor de las rosas
ResponderEliminarinhalamos su recuerdo,
su alma fué muy hermosa,
sus sentimientos muy bellos.
Cuando pensamos en Carmen
ResponderEliminarque un día marchó de repente,
nos negamos a pensar
que nunca más volverá,
e inventamos un cielo
donde ella espera paciente,
llegaremos sonrientes,
y le llevaremos rosas
de su tierra y de su gente.
La soledad es un consuelo para un alma entristecida, que aborrece a los que la rodean igual que un ciervo herido abandona su rebaño, para refugiarse en una cueva en la que soñará o morirá.
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