Calentita, arrebujada,
entre mil mantas de ensueño,
estaba ella sentada
enhebrando sus recuerdos.
Sus cabellos plateados
le daban porte a su cuello,
surcos en su rostro ajado,
sus ojos, aún eran bellos.
¡Cuantas etapas vividas,
cuantas locuras y sueños!
cuantas penas ya sufridas,
que se perdieron en el tiempo.
Ella ya es centenaria
y no pidió vivir eso,
¿Para qué era necesaria
si ya vivió con exceso?
Vio morir a su alrededor,
a amigos y familiares
y con tristeza y dolor
tuvo a ellos que enterrarles.
Pasó por una república,
después la guerra civil
que acabó en dictadura,
tiempos duros de vivir.
Y vivió la transición
para ver la democracia,
tantas cosas ella vivió
que su mente ya no alcanza.
Por eso cuando preguntan
si quiere vivir más años,
dice con leve sonrisa:
¡un siglo son muchos años!
Loli
martes, 18 de mayo de 2010
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Cuando hablamos de morir
ResponderEliminareso nadie lo queremos,
pero, ¿es bueno tanto vivir,
cuando todo lo perdemos?
Lo importante es conservarse
con buena salud y humor
pero antes de acabarse
tendríamos que irnos todos.
UN ABRAZO