El cielo está claro y espléndido,
se nota que es primavera
los campos llenos de flores
y están verdes las praderas.
Los pájaros cantan al nacer el día
despertando a los campesinos
con su dulce melodía.
En medio de los trigales
la amapola resplandece,
el viento mueve su talle,
su suave baile embellece.
Ella se siente orgullosa
con su color rojo intenso,
por ser la flor más hermosa
de todo el universo.
Un rayo de sol se oculta
en el horizonte lejano,
donde el cielo y la tierra
fingen cogerse la mano,
dándose un fuerte abrazo
como dos enamorados.
María Barranquero
domingo, 9 de mayo de 2010
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Bonita tu versión de la primavera con su amapola.
ResponderEliminarUn abrazo.
Están lindas las amapolas
ResponderEliminarlas vi el otro día en el campo,
tan rojas lucen su corola
que con el verde da encanto.
Me gusta tu poesía
te ha quedado muy bonita
ya veo el cielo y la tierra
cogidos de la manita.
Un abrazo.