El día va palideciendo,
tras el monte el sol se esconde,
la tarde se está muriendo
y yo te busco en la noche
y en el aire te presiento.
La brisa me trae tu risa
y el aroma de tu piel,
un suspiro me acaricia
y me hace sentir bien
aunque se esfume de prisa.
De nuevo el vacío me invade,
se va perdiendo tu aroma,
no veo tu luz en el valle
ni distingo a tu persona.
¡Se está muriendo la tarde!
La noche invade a mi alma
y la envuelve de tinieblas.
Veo en el cielo una estrella
que a mi corazón lo calma
y de esperanza lo llena.
Donde el aire a ti te lleve,
allí anidarán mis sueños,
entre blancos algodones
encontraré tu recuerdo
con destellos de colores.
Loli
sábado, 14 de abril de 2012
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Cuando alguien ya se marcha
ResponderEliminarpara nunca mas volver
deja un vacío en el alma
muy difícil de entender.
No sabes donde mirar
si a la luz de las estrellas
o a la inmensa obscuridad,
todo te habla de ellas.
Esas personas que un día
forman parte de tu vida,
te dejan en la agonía
cuando llega su partida.