Altas colinas teñidas
de matices resplandores,
donde llegar a su cima
fue sueños de escaladores.
Tocar su cálida brisa,
llenarse de sus colores,
para después, ya sin prisa,
descender plenos de honores.
Cuando subían gozaban
de paisajes placenteros,
cada paraje admiraban,
cada paso era un anhelo.
Si conseguían llegar
a la cima deseada,
era un instante fugaz
la recompensa gozada.
Al comenzar la bajada
la belleza se esfumaba,
aquello que antes admiraban
de pronto desencantaba.
Ahora sólo contemplaban
las huellas que antes dejaban,
si la perdían y resbalaban
el desastre comenzaba..
La oscuridad avanzaba,
tenían miedo de perderse,
ya no veían la belleza
sólo pensaban en su suerte
de poder sanos llegar
hasta el final, simplemente.
Loli.
domingo, 26 de junio de 2011
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A lo largo de la vida
ResponderEliminarnos a pasado lo mismo,
mientras subíamos hacia arriba
parábamos un momento
para contemplar extasiados
y disfrutar del evento.
Ya estamos en la cumbre
y empezamos a bajar,
despacio, no tengas prisa
que nos de tiempo a mirar
aquellos que van subiendo
que nunca querrías dejar.