Mañana de Domingo inolvidable,
la música sonando sin parar,
risas y bailes al despertar el día,
abrazos y besos para desayunar.
Esos momentos puntuales de la vida
que te ayudan de nuevo ha despertar,
a levantarte, si aún estas dormida
y ha enseñarte de nuevo a caminar.
De reir y gozar en un segundo
lo que casi habías olvidado ya ,
de sentirte partícipe en la rueda
que gira en torno a la felicidad
¡Bendita ilusión que me despiertas
de esa modorra que nos da la edad!
Anny
domingo, 5 de julio de 2009
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¡Precioso poéma!, fue cuando estubo la Susi y los niños en tu casa ¿verdad?
ResponderEliminarDebe ser toda una fiesta
ResponderEliminaryo aun no tengo el placer,
de sentir junto a mi puerta
a mis nietos de correr.
No importa la algarabia
ni los ruidos, ni los llantos,
solo importa la alegria
que trasmiten con su encanto.