Cuando
el sol cae a raudales
sobre
la ventana abierta,
es su
hora preferida,
la hora
de ir de fiesta.
La
estancia se le ilumina
con sus
rayos y su presencia,
y
recibe su caricia
sobre
su alma despierta.
Él
juega con su sonrisa,
con su
cuerpo, con su esencia,
le
acaricia cada poro
con su
cálida tibieza.
Le
sigue a cada rincón,
jugando
con él, traviesa,
él, le
regala reflejos
sobre
su melena suelta.
Ella,
su hermosa sonrisa,
su
imaginación abierta
y se ve
con él en un prado
gozando
de su presencia.
Entre
los dos, un encuentro,
un amor
sin precedencia
en
aquella celda oscura
de
barrotes, ¡tan siniestra!
Loli
Beltrán
Muy bonita, pero tambien triste.
ResponderEliminarLa tristeza forma parte de la vida. Gracias Celia
ResponderEliminarLa ventana está cerrada
ResponderEliminarapenas se ve luz en ella,
solo cuando tu la abres
podemos ver las estrellas.
Ese sol que antes brillaba
parece ha huido de ella,
la complicidad enganchaba,
ahora apenas recuerdan.
Siento te sientas atrapada
entre barrotes siniestros,
mientras otros de acampada
gocemoss de aires frescos..
Ante la reja allí anclada
ResponderEliminarvuela un pajarillo alegre,
picotea de rama en rama
en lo frondoso del verde.
También añora la estancia
cuando el sol entraba en ella
y sus rayos desde el alba
iluminaban su reja.
O la luna con su embrujo
acariciar su silueta
mostrando su gran hechizo
mientra el ruiseñor acecha.
Una amplitud de colores
se adivinan tras la reja,
la brisa llena de olores
si permaneciera abierta.
Estas dos hermosas poesías la podíais haber puesto fuera,¿por qué no lo hacéis y animáis el blog? preciosos comentarios, ya me encargaré yo de escribir algo para que sigáis escribiendo aunque sea como. comentarios.
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