Ya se fue el verdor de las praderas,
pierden color sus hojas, se marchitan,
llegó el otoño con nubes pasajeras,
prendió llama en los troncos que aún crepitan.
Aunque el tiempo de invierno ya se acerca
y la nieve en la cumbre se divisa,
aún nos queda el rescoldo de la hoguera
del calor del amor y nuestras risas.
Siempre habrá en nuestras vidas primaveras,
nuevos brotes nacerán bajo la brisa,
gozaremos de tardes placenteras
viendo crecer las flores, ya sin prisa.
El recuerdo será nuestra bandera,
el presente será nuestra caricia
de unas manos inocentes que nos quieran,
estar con ellos será nuestra delicia.
Bajo la sombra que proyecta el roble
todos permanecemos muy unidos,
sus raíces son fuertes y muy nobles,
¡que siga protegiendo los caminos!
Loli
domingo, 30 de diciembre de 2012
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Agradezco tu hermoso poema
ResponderEliminarbasado en el pasado, presente y futuro,
las raíces del roble no se queman
aunque el monte se torne mas oscuro.
Arbolemos pues nuestra bandera
símbolo de amor y de ternura,
juntos seguiremos el camino
mirando al frente, con brabura.
Ese roble de raíces profundas
ResponderEliminarfue la unión que abandera nuestras vidas
su amor y recuerdo nos encumbra
y nos hace seguir esa movida.
Aunque ya inmersos en el otoño
seguimos esperando primaveras
que nos traigan caricias y retoños
y nos libren de los males y las penas.