¡Oh! dulce escuela, en la lejanía,
de tu recuerdo gozo complaciente,
de mi niñez tú fuiste la simiente
que iluminó mis pasos cada día.
Yo te admiro y respeto todavía,
eres la luz que guía mi pensamiento,
cuando te siento cerca, el sentimiento
fluye en mi y me llenas de alegría.
Cuando era niña, entre paredes blancas,
me acunaste y me diste compañía,
envuelta de viñedos y albahacas
Hoy tu recuerdo me llena de energía,
aunque yo peine ya mis canas blancas,
me hace sentir niña todavía.
loli
lunes, 12 de marzo de 2012
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Que bonitos recuerdos en la lejanía
ResponderEliminartus palabras son el eco de tu alma
que con amor y sosegada calma
revives momentos de aquellos días.
Muy bonita. Abrazos