Hoy me siento feliz y protegida
porque tú te posaste en mi interior,
me tendiste tu fuerza y tu calma
e inundaste mi alma de calor.
Tus consejos siempre me dio templanza,
pensar en ti, me devuelve la razón.
Aunque te fuiste hace muchos años,
le mandas ritmo a mi tibio corazón.
A veces traspasas la barrera
tendiéndome tu mano sin temblor,
o dejas tu mensaje en la almohada
con cariño, con chispa, con amor...
Teniéndote como te tengo a ti
¡Quién va a necesitar de Dios!
Ani
jueves, 19 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hermana,muy bonita y tierna tu poesía, Hoy es un día especial para echarle, todavía más, de menos. Te se ha olvidado poner tu nombre.
ResponderEliminar