yo bien te puedo entender
porque precisamente ayer
hablábamos de estas cosas.
Cuantos planes nos hacíamos
pensando en nuestra vejez,
como el momento de hacer
lo que antes no podíamos.
Ver a nuestros nietos crecer
por ahí correteando,
y siempre verlos jugando
todos juntos al atardecer.
Pero llegado este momento
nada es como lo imaginado,
tengo mis nietos amados,
pero los tengo muy lejos.
Si los queremos disfrutar
siempre hemos de estar viajando,
o cuando no estar penando
por no poderlos abrazar.
Y cuando estamos aquí
y subimos a los Pepones,
se nos rompen los corazones
al ver cuantos faltan allí.
La loma está muy sola
ya no hay con quien hablar
y los que quedan están mal,
viendo que pasen las horas.
A ver si llega la calma,
porque hay que seguir viviendo
aunque estemos padeciendo
y nos duela mucho el alma.
Osea que ni aquí ni ahí
se cumple lo añorado,
estamos algo agobiados
pero habrá que seguir así.
Josefina.
Acabo de leerlo y siento tu nostalgia como si fuera mía.Creo que es como un don natural que se apodera de los mas intimos sentimientos,y que a veces hay que abrirles una pequeña puerta de escape.Un abrazo grande.
ResponderEliminarMuy triste es tu poesía
ResponderEliminarpero es la realidad,
planes hacemos cada día
sin saber que la verdad
es vivir el día a día,
sin pensar en nada más,
ya que el pasado se fué
y el futuro no sabemos
si llegaremos a él
Estamos un poco tocados
ResponderEliminartodos en esta familia,
nos gusta la algarabía
y estar juntos y arropados.
Pero eso es imposble,
cada uno tiene su vida
y la distancia nos pierde,
yo sé, lo que te gustaría;
Te gustaría estar aqui
sin dejar de estar ahí,
o que los que están aqui
pudieran estar ahí.
Bueno,creo que me he hecho un lio...