Cuando leo estas poesías
te recuerdo en mi mente,
y quisiera que estuvieras,
con nosotros aquí presente.
Que nos leyeras las tuyas,
como hacías, tiernamente,
y las nuestras corrigieras,
con tu saber eminente.
¡Cómo tú disfrutarías
leyendo a toda tu gente!
sé que te emocionarías
pisando la lengua fuerte.
Ese gesto tan querido
tan bello y tan familiar,
nunca estará en el olvido,
siempre se recordará.
Te damos gracias, papá,
por esta hermosa herencia,
que aunque tú no te lo creas,
jugamos a ser poetas.
Disfrutamos como niños
y te sentimos más cerca,
percibimos tu cariño
y tu presencia nos besa.
Cada vez que hacemos un verso
nos llenamos de grandeza
y miramos hacia el cielo,
un lucero nos contempla.
Ese lucero nos llena
de su luz tan poderosa,
y nuestra alma está plena
de esa fuerza misteriosa.
Loli.
viernes, 13 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Que lindo,yo también sé que él nos guía y nos sigue siempre.Besos.
ResponderEliminarDices cosas muy bonitas
ResponderEliminarque yo comparto contigo,
que gran corazón tenía,
como quería a sus hijos.
Siempre se mantuvo al margen
de cuestiones religiosas
pero tenía fe en la gente
y aquí estaba su grandeza.
M. Beltrán
Que preciosa poesia,
ResponderEliminarque precioso sentimiento
refleja como él diría
la magia de este momento,
de escribir día a día
todo lo que llevamos dentro.
Un beso. Mari
Que recuerdo tan entrañable de papá,me haces verlo con su peculiar gesto "de la lengua pisada"Pronto pondré algo que escribí para ´el hace unos meses.
ResponderEliminar